Hace unos días en una fiesta
infantil observé un curioso juego que hicieron los adultos, en este juego
participaron dieciocho entre niños y niñas, un adulto que tenía una gran bolsa,
se identificó como el que proveía las golosinas y otro como el que cuidaba a
los niños y niñas.
En algún momento el adulto
que distribuía las golosinas dejó de hacerlo y los niños y niñas comenzaron a
fastidiarse, en eso quien manejaba las golosinas llamó a dos niños y una niña y
les entregó una cantidad de golosinas, diciéndoles:
-
Los demás niños no tienen caramelos, se los
pueden vender muy muy caros y tendrán mucho dinero.