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viernes, 29 de abril de 2016

UN CUENTO QUE NO ES TAN CUENTO



Hace unos días en una fiesta infantil observé un curioso juego que hicieron los adultos, en este juego participaron dieciocho entre niños y niñas, un adulto que tenía una gran bolsa, se identificó como el que proveía las golosinas y otro como el que cuidaba a los niños y niñas.
En algún momento el adulto que distribuía las golosinas dejó de hacerlo y los niños y niñas comenzaron a fastidiarse, en eso quien manejaba las golosinas llamó a dos niños y una niña y les entregó una cantidad de golosinas, diciéndoles:
-          Los demás niños no tienen caramelos, se los pueden vender muy muy caros y tendrán mucho dinero.
Así lo hicieron, también escondió las golosinas que quedaban en diferentes sitios. Luego el adulto que le correspondió cuidar a los niños y niñas, llamó a los tres que vendían muy muy caro y les pidió que no hicieran eso, les explicó a todos y todas sobre la solidaridad y el respeto a los demás. Los niños y la niña que vendían muy muy caro, no quisieron escuchar, y este los aisló y compró todas las golosinas para repartirla entre el resto a partes iguales, buscaba además las golosinas escondidas y cuando las encontraba las distribuía de manera igualitaria esta vez incluyendo a los tres aislados.
Al final sentaron a todos los niños y niñas y les preguntaron que opinaban del juego, hubo un silencio de largos segundos, hasta que una niña dijo:
-          Que debemos compartir
Otro habló muy bajito:
-          Que si nos ayudamos todos es mejor
El niño que más disfrutó las golosinas comentó:
-          El señor que escondió las golosinas es malo y fue más malo porque solo le dio a ellos tres (señala con la mano), y los mandó a vendernos
Inmediatamente una niña expresó con un aire solemne:
-          Si, y el otro señor es muy bueno nos enseñó que es el respeto y la “solidadirá”, eso que dijo, y nos ayudó a compartir igual para todos”
Un niño que se notaba distraído con una ramita y que luego supimos que tenía siete años, dejó a los adultos y las adultas con la boca abierta, nadie atinó a decir, es un niño no sabe lo que dice, porque obviamente sabe más que muchos adultos y adultas, lo que dijo fue:
-          Así es lo que quiere hacer Maduro, que todos tengan comida y eso, pero el señor ese Mendoza no saca los productos para que la gente no coma y Maduro hace mercal y la gente dice que no sirve y dice que Mendoza es bueno, pero esconde la comida y esas cosas y Maduro que quiere ayudar dicen que es malo.
La niña que dijo que el otro señor es muy bueno, preguntó:
-          Si Maduro quiere ayudar, ¿entonces Maduro es bueno?
Su pregunta hizo un ruido estruendoso en la mente de los presentes, nadie le respondió, pareciera que todos se sintieron estúpidos y se hicieron la misma pregunta, pero ya habían firmado.

Alejandro Serrano

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