AMPUTACIÓN ECOLÓGICA (CUENTO)

Tomé la escoba y barrí mi cuarto, luego la dejé en su rincón, allí quedó hasta que mi hermana, la sacó de su sitio para recuperar algún objeto que se le escapópor debajo de la cama, la volvió a colocar en su rincón, al rato mi madre la tomó para castigar al perro que le ensució la rropa que acababa de lavar y como quiera que el perro huyó, la levantó y la estrelló contra el piso, mi hijo que esperaba le dijo "ya abuela" y tomando la escoba, se la llevó para bajar una pelota del techo de la casa de atrás, al tenerla en su mano, tomó la escoba lo más próximo a las cerdas y con el mango conectó un buen batazo a la pelota y gritando a su hermana lanzó la escoba diciendo ponla en su rincón.

Su rincón era suyo, no se porque efecto mágico siendo el instrumento de limpiar y otros tantos usos, su rincón era el más sucio de la casa; mi hija, antes de colocarla, aplastó con ella una cucaracha que salía justamente de su rincón, ese espacio bajo la escalera lleno de todo lo inservible, menos la escoba.

Cuantos usos, cuan noble es una escoba y cuanto dura al servicio de nosotros, nunca protesta, nunca se queja. Recuerdo los cuentos de brujas volando sobre ellas, me río y recuerdo cuantas veces me tocó bailar con ella en las fiestas, con aquel juego que lleva su nombre, así transcurre la vida de la escoba, hasta que el día menos pensado pasa a ser otro articulo inservible, pero no, ese mismo día llega mi hermano quien necesitaba una baqueta para tocar el pujao y sin mayor preocupación, ni consulta alguna, toma el serrucho y la escoba y le corta unos treinta centímetros del mango y el resto permanece allí hasta diciembre, porque aún sirve, para leña, mientras la veo consumirse en el fuego, me llegan los recuerdos de la escoba y creo que alguna vez la sentí parte de la familia, asi como la escoba, igual es la familia, sirve más cuando está unida, al perder un miembro, ya nunca es igual. Y ante el último resto delo que fue la escoba, pienso...

...te amputaron y te quemé, no soltaste unalágrima, ni un grito, le pregunto a la naturaleza ¿lloró el árbol acaso, cuando le amputaron sus ramas, para fabricar la escoba?

Alejandro Serrano