Eran dos las Mariposas, ¡preciosas!,
daba gusto verlas,
morochitas en brazos de sus padres.
Y la Princesa oriental estaba deslumbrante con su
medio velo en la cara
y sus zapatillas doradas.
Spiderman comenzó a llorar,
¡tenía ganas de orinar!
La princesita se contagió y lloraba también.
Lo del Zorro era pura diversión,
él bailaba con una Japonesita
al son de la miniteca
mientras un Charro corría entre todos
echándoles papelillos en sus rostros.
De pronto tres Indios con sus guayucos,
una tortuga Ninja, una Gatica
y Superman se montaron en la tarima
a bailar tambor.
Son carnavales del barrio
César Ávila E.
SIGAMOS RECORDANDO GUIADOS POR LA SÚTIL PLUMA DE NUESTRO QUERIDO HERMANO POETA CÉSAR ÁVILA
ResponderEliminar