Un amigo arquitecto diseñó un edificio grande, bonito, con todo lo necesario para vivir dignamente.
Este amigo buscó un amigo suyo ingeniero para que levantara los planos y diera vida a su más anhelado sueño, pero este ingeniero aunque era muy buen amigo de mi amigo arquitecto, pero no sintió el sueño de éste como suyo y se limitó hacer el trabaja porque tenía el conocimiento para hacerlo.
En la obra trabajaron muchas personas, electricistas, albañiles, plomeros, herreros, entre muchos otros, todos muy buenos en sus especialidades.
Estos trabajadores estaban acostumbrados a trabajar por un salario nada más y aunque mi amigo les habló, les dijo que contaba con ellos para construir los mejores hogares del futuro, éstos no prestaron atención y se conformaron con realizar trabajos rutinarios y hasta de mala calidad, el amigo ingeniero de mi amigo arquitecto notó las fallas, pero no tuvo el suficiente compromiso para corregirlas, le dio igual porque después de todo el edificio sería construida.
Los trabajadores contentos con su pago puntual, se limitaron a lo suyo sin mayor interés.
Al cabo del tiempo el edificio se construyó y aunque se veía igual al de la maqueta, tenía muchas fallas de estructura y servicios, entonces mi amigo anunció que esa sería el hogar de los hijos de los trabajadores y que era el hogar que con amor sus padres habían hecho para ellos, además que estaba seguro que allí serían felices porque le había confiado a su amigo ingeniero la ejecución y los hijos de éste también tendrían allí su hogar.
Solo al tiempo cuando comenzó a colapsar la estructura y a mermar la calidad de los servicios, fue que mi amigo arquitecto supo que su sueño fue traicionado y los hijos de aquellos constructores y de aquel ingeniero, solo lo miraban a él como único culpable.
Mi amigo arquitecto debo decir no se rindió y siguió soñando con un edificio donde todo fuera felicidad, igualdad y bienestar para todas las personas.
Alguna vez alguien le dijo , “arquitecto fracasaste al no lograr tu sueño” y el serenamente respondió dos palabras, ¡POR AHORA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario