Llego a casa acalorado,
acelerado,
cruzo la puerta, entro y…
…de vuelta a la paz,
siempre caigo en la prisa de la calle.
Dentro, el automatismo,
me hace encender el televisor
mientras me quito la ropa.
Me emociona ver la imagen del barrio,
subo el volumen,
la voz de una mujer se escucha,
mientras veo la calle, la esquina,
la cancha y hasta la señora Rosa,
en todos los barrios hay una señora Rosa.
Estaba enconchado en casa de una tía.
Huyó después de asesinar a dos personas.
En la casa encontraron droga.
El sector está declarado zona roja.
¡Que bolas!
vienen a mi barrio solo a decir lo malo.
En mi barrio hay un vendedor de droga, si
pero cuarenta carajos que juegan softbol.
En mi barrio hay un joven que le tocó matar,
pero un montón jugando baloncesto.
En mi barrio hay un loco en la esquina,
porque la droga le secuestró la razón,
pero bastante haciendo música,
haciendo poesía,
artesanía,
mecánica.
También hay uno que quiso ser mujer,
tal vez es un problema hormonal,
eso no importa,
decimos que es mal ejemplo,
como es mal ejemplo el borracho peleón,
pero ese es hombre
y no da vergüenza.
Alguno estudió medicina,
otros se hicieron maestros,
policías,
bomberos,
chulos.
El barrio es malo cuando una joven,
se enamora del dinero
y se vuelve prepago,
pero por ella,
existen treinta haciendo danzas.
Hay una señora,
capaz de atender un parto,
una que cura la tos,
con sábila y flores de sauco,
una que sacó al marido de su casa
y metió a otro hombre,
pero cientos atendiendo sus hogares,
sus esposos,
sus hijos,
estudiando,
cocinando,
luchando.
Si te enfermas,
cualquiera te tiende una mano,
pero eso tampoco importa,
eso no es noticia,
es solidaridad.
Mi barrio es zona roja.
Mi barrio es peligroso.
Señores de la televisión,
si algún día vuelven,
no lo hagan en helicóptero,
ni escoltados por policías,
la solidaridad y la pobreza,
no se contagian por contacto.
Que mi barrio es malo.
¿Zona Roja?
No me jodan.
Alejandro Serrano.
