PELDONAME

  epístola

Carapita 18 de otubre de 1998.
Querida Felisia.
  Yo no soi mui güeno escribiendo caltas,
 pero te escribo esta pa’ decite que me
peldones.
Es veldá mi negra,
te toi pidiendo peldón.
Esta ves me tienes que creé,
no te voi a pegal más cuando yo llegue
rascao. ¡Te lo juro!
  Si, yo sé
que con la última palisa te mandé pa’l
hospital con dos costillas fraturadas;
aunque debes reconosé
que tú tubiste la culpa,
acuéldate. ¡Me alsaste la vos!
  Pero ahora será distinto,
veldaita negra, ¡te lo juro!
Ya sé que cuando le metí la patá a la
suegra polque salió a defendete
 prometí lo mismo;
pero es que tú sabe
que yo siempre le e caído mal a tu mamá.
   Acuéldate que cuando nos conocimos
ella te decía que no te enpataras conmigo,
que yo era medio malandro
polque casi sienpre  me llebaban preso.
¡Ella la tiene cogía conmigo!
Que soi un bago, que no me guta trabajá,
que tú ere la que mantiene la casa;
pero es que tú sabe cómo está la cosa
que no se consigue trabajo.
  Es veldá mi amol, toi arrepentío,
Más nunca te boi a umillá  como aquella ves
que te puse el ojo morao de un coñaso
y te saqué de la fiesta arrastrá pol los pelos
polque tú tabas bailando de cachete con Perucho.
Si, claro que yo taba bailando trancaíto con la “tuelta” Isidora;
 pero no es lo mismo.
¡Tú sabes que los hombre nos tenemos que
da a respetá!
  Pol todo eso i esperando me güelvas
a  recibí en tu casa,
se despide con un beso
tu negro que te adora.

Felipe Blanco


                                                           César Ávila E.